En el charco de la húmeda vereda
se contemplaba la blanca plateada luna
Un cachorro ladrando
jugueteaba pisoteando el charco
Desde el callejón
en un instante una a una
las estrellas se contaban
El alba está llegando
el claror va cubriendo las estrellas
por todo el callejón
la luna del charco desapareciendo vá
El pueblo soñolento
comienza a despertar
De par en par los bares abren las puertas
el cachorro perplejo se contiene
arrimándose se entrega
a la merced del barista
el callejón
de madrugadores se colmó
El pueblo lucía esplendido
sus casas en pierda
con sus callejones medievales
En la Plaza el aroma del café
invitaba al pasar
y hasta el más anciano
entraba en el bar
El Monumento a los caidos
de Valientes Italianos
en cada amanecer reluce
dando orgullo y buena vida
Mi pueblo en un instante
entre murmullo y alboroto despertó